Un omicidio, quello di
Regina, inaccettabile e intollerabile. "Regina - affermano - è stata un esempio di
autonomia di pensiero e di capacità di resistere alla corruzione e alle minacce
della classe politica. Per questo la sua morte è un messaggio contro tutti
quelli che cercano di conservare spazi di critica".
Sono 79 i giornalisti
assassinati impunemente durante il governo di Felipe Calderón.
Per questo giornalisti,
difensori dei diritti umani, cittadini si sono ritrovati davanti alla
Secretaría de Gobernación al Monumento a la Independencia per denunciare che
"l'insieme di violenze e di attacchi contro la stampa è arrivato ad una
situazione grave e percolosa."
Si tratta di una vero e
proprio stato d'eccezione comunicativo. "in tutto il paese ci sono
attacchi e aggressioni senza che le autorità si preoccupino o creino mezzi di
protezione reale. Come dire che informare è una attività ad altissimo rischio
in Messico."
Intervistata da Desinformémonos durante il
concentramento al Monumento, la giornalista Carmen Aristegui ha affermato
che "per trovare un uscita da questa situazione sarà necessario
prendere coscienza del significato che può avere il fatto che sia la stessa
società ad organizzarsi, ad esprimersi e a portare richieste chiare alle
autorità. E' insostenibile che ci siano decine di morti tra i giornalisti ed
ancora di più che ci siano migliaia di morti e non ci siano processi".
Ha continuato
aggiungendo "quello che dobbiamo fare è continuare ad informare, non
possiamo farci prendere dalla paura, non dobbiamo stare in silenzio e lasciare
nell'indifferenza i colleghi e le altre vittime."
José Gil, giornalista
di Proceso, ha segnalato
che lo stato ha la responsabilità di garantire la sicurezza non solo dei
giornalisti, ma di tutti i cittadini. Nessuno dei giornalisti assassinati,
avrebbe dovuto morire e le loro morti sono responsabilità del governo. Il loro
lavoro avrebbe dovuto essere garantito. Gil continua dicendo che dopo
l'omicidio di quattro giornalisti in poco tempo, si può affermare che "Siamo
in una crisi in cui lamentevolmente ci siamo abituati agli omicidi e quando un
giornalista viene ucciso non protesta tutta la società ma solo i colleghi.
Questo è molto pericoloso."
Durante la
manifestazione con cartelli e slogan un altro giornalista di Proceso ha proposto di arrivare ad uno
sciopero delle telecamere e dei microfoni mentre un corrispondente di Controlinea sottolinea che se la situazione è
arrivata a questo punto è per la collusione e corruzione che lega il Governo ai
gruppi criminali.
VERSIONE INTEGRALE
México DF. Ante los
continuos ataques y asesinatos de periodistas en México, defender los espacios
de comunicación independiente y, sobre todo, no bajar la voz y seguir
informando a la sociedad sobre la realidad del país, es lo que toca hacer a los
periodistas desde la trinchera de la comunicación, coinciden en entrevista con Desinformémonos los
periodistas José Gil, Carmen Aristegui, Anabel Hernández, Zósimo Camacho, Julio
Hernández, Adriana Malvido y Armando Ponce, reunidos durante las protestas por
el asesinato de Regina Martínez, corresponsal del semanario Proceso, y los reporteros gráficos
Guillermo Luna, Gabriel Huge y Esteban Rodríguez, ocurridos la semana pasada en
el estado de Veracruz.
Periodistas,
fotógrafos, camarógrafos, reporteros, miembros de organizaciones por la
libertad de expresión y por la defensa de los derechos humanos, así como
ciudadanos independientes, sumaron voces en días pasados para manifestar su
profunda indignación y exigir el esclarecimiento de los cuatro asesinatos de
comunicadores en Veracruz.
En una carta,
periodistas de ese estado advirtieron que el asesinato de Regina Martínez es
una afronta intolerable al gremio, a la libertad de expresión y a la lucha por
la democratización de los medios de comunicación en nuestro país. “Regina”,
señalaron, “fue un ejemplo de autonomía de pensamiento y capacidad de
resistencia a la corrupción y a las amenazas de la clase política. Por eso, su
asesinato es un mensaje ominoso a quienes aún tratan de conservar los mínimos
espacios críticos disponibles en la entidad”.
A las demandas de los
manifestantes se sumó el reclamo de justicia para los 79 periodistas asesinados
o desaparecidos durante la administración de Felipe Calderón, y la exigencia de
garantías para el libre ejercicio del periodismo.
Cargando mantas,
carteles, flores, veladoras y fotos de periodistas que han sido asesinados o
desaparecidos, cientos de comunicadores se reunieron frente a la Secretaría de
Gobernación y en el Monumento a la Independencia para denunciar que “la
circunstancia de violencia y de hostigamiento contra la prensa ha llevado al
gremio a una situación particularmente peligrosa y de absoluta vulnerabilidad”.
La situación de
emergencia, indicaron, no es privativa de una entidad y ha llevado a un estado
de excepción comunicativa. En todo el país hay ataques y agresiones contra
periodistas, sin que las autoridades se preocupen o fomenten medidas de
protección reales, lo cual ha propiciado que informar sea “una actividad de
altísimo riesgo en México”.
Entrevistada por Desinformémonos durante la
concentración en el Monumento a la Independencia, la periodista Carmen
Aristegui dijo que para “encontrar la salida a la inadmisible situación en la
que nos encontramos, será necesario tomar conciencia del significado que tiene
que la sociedad misma se organice, se exprese y eleve el nivel de exigencia a
las autoridades. Es absolutamente insostenible que tengamos decenas de muertes
de periodistas y miles de muertes más en donde simple y llanamente no hay un
proceso judicial”.
La comunicadora añadió
que, ante los continuos ataques contra el gremio periodístico, “lo que toca a
los medios es seguir informando. No podemos permitir que el miedo nos
inmovilice. Debemos estar al pendiente de lo que ocurre en lugares donde los
periodistas son más vulnerables. No podemos permitirnos el silencio ni la
indiferencia con los colegas, ni con el resto de las víctimas de esta
circunstancia que ya ha rebasado los límites de nuestra comprensión”.
José Gil, periodista de
la revista Proceso,
señaló que “el Estado no ha cumplido con la responsabilidad de garantizar la
seguridad de todos y cada uno de nosotros, no solamente de los periodistas,
sino de todos los ciudadanos. Ninguno de los periodistas caídos debió morir, y
sus muertes son responsabilidad del gobierno, pues debieron haber tenido todas
las garantías para realizar su trabajo con libertad de expresión”.
El asesinato de cuatro
periodistas en un periodo tan corto de tiempo es un signo muy claro de la
descomposición a nivel de gobierno y a nivel social, señaló Gil. “Estamos en
medio de una crisis, donde lamentablemente nos hemos ido acostumbrando a los
asesinatos y cuando matan a un periodista no sale la sociedad, sino los mismos
periodistas a exigir justicia. Hay una pasividad muy peligrosa”.
La vulnerabilidad que
padecen los periodistas del país ha propiciado que salgan a manifestarse a las
calles. Durante la marcha realizada en el marco del Día Internacional de la
Libertad de Expresión, de la Casa de Veracruz a la Secretaría de Gobernación,
reporteros y fotógrafos alzaron la voz para exigir el cese del hostigamiento contra
los trabajadores de la comunicación.
“Es necesario denunciar
y manifestarnos en contra de esta grave situación, pero mí me gustaría también
que algún día los periodistas nos atreviéramos a hacer una huelga de cámaras y
de grabadoras”, dijo aDesinformémonos Julio
Hernández, columnista del diario La
Jornada, durante la concentración realizada a espaldas de la
Secretaría de Gobernación.
Por su parte, Zósimo
Camacho, jefe de información de la revista Contralínea, apuntó que “si la situación ha llegado
hasta este punto se debe a la corrupción, pues los grupos del crimen organizado
muchas veces están coludidos con el gobierno y los asesinatos de comunicadores
ni siquiera son investigados”.
Bajo una llovizna que
no logró ahuyentar a quienes se concentraron en el Ángel de la Independencia,
Adriana Malvido, de la revista Proceso, dijo:
“Soy periodista y por eso estoy aquí. Somos nosotros los que tenemos que
unirnos y, ante todo, solidarizarnos, acompañarnos y hacer un llamado de
alerta. Los crímenes contra periodistas lastiman mucho la libertad de
expresión, no sólo la de los periodistas, sino de la sociedad en general”.
Armando Ponce, también
del semanario Proceso,
advirtió que “tenemos que defender los espacios periodísticos ya que es la
única manera en que la sociedad puede tener acceso a una mejor información. La información oficial es muy restringida, muchos son silenciados,
censurados. Por
ello, los pocos medios independientes, alternativos y comprometidos tienen la
obligación de defender estos espacios”.
Greta Gómez no es
periodista, pero se sumó a la protesta en el Ángel, porque está “indignada por
lo que pasa en este país. Vine porque tengo amigos periodistas, y porque cuando
salen a hacer su trabajo me preocupo, nunca sé si van a regresar. Quiero que
puedan informar sin ninguna represalia. Estoy aquí para exigir al gobierno
federal que actúe por todos los que han caído, han recibido amenazas o han sido
torturados o desaparecidos. El mensaje es claro: quiero que esta situación
termine pronto”.
Los 60 mil muertos que
ha habido durante este sexenio son un grado excesivo de violencia, aseguró
Óscar, otro de los jóvenes que se manifestaron frente al Monumento a la
Independencia. “Yo no creo en los partidos políticos, no creo que esto cambie
en las próximas elecciones, gane quien gane. La única forma en que podemos
cambiar esta situación es organizándonos, no hay que dejar esto en manos del
gobierno. Por eso estoy aquí”.